lunes, 27 de enero de 2014

Vísperas de carnaval

Apenas el verano se deja ver, no sin demoras comienzan los preparativos para las celebraciones de los simples.
Cada atardecer reúne a los animados a confundir la siesta del domingo con golpes exactos para despabilar el alma.
Los perros ladran ansiosos, los vecinos se acercan a mirar y apenas moviendo sus cabezas se dejan aceptar por el ritmo.
Acá no hay aversión que valga, el barro no desprecia.
Se siente en el aire una alegría de murga, vísperas de carnaval.
El potrero del barrio es el escenario indicado para ensayar, esta tarde los arcos oxidados no serán testigos de gambetas y aún así estarán contentos.
Todas las calles posibles del lugar ofician de acceso y una vía muerta hace las veces de sendero para los curiosos que llegan.
Corazones de repique en un barrio de casas bajas, poblado de fábricas olvidadas que delatan un tiempo que no va a volver.
Una sonrisa como vestuario mejor, el folklore de los que no pueden desafía las balas.
A la esperanza se la sostiene a los saltos, repletos los sueños están de lentejuelas.
La felicidad de los descalzos no piensa en los tiempos que corren, aquí al mundo se lo combate bailando.



No hay comentarios:

Publicar un comentario