martes, 14 de mayo de 2013

Los indiferentes

Los indiferentes no tienen tiempo para detenerse y mirar a los costados.
Los indiferentes desconfían de las voces no escuchadas.
Prefieren andar descalzos y esperar el invierno, sin tanto reclamo emergente.
A los indiferentes no se los convence con poemas de vagón y copas a medio tomar.
Los indiferentes despotrican los dolores del pasado, ignorándote.
Se bastan de ellos mismos, pasan el hambre de sus faltas.
Los indiferentes se aburren rápido, esperan poco, pretenden nada.
Se exilian de preguntas, confunden las respuestas.
Los indiferentes no escriben a nadie, siquiera a su esperanza.
Coleccionan suspiros fatigados, platos fríos, llamadas perdidas.
Los indiferentes son lo que no esperabas.
No abrazan por no perdonar, no sienten por no permitir.
No llaman por no escuchar, no mienten por no pedir.
Van despacio para tropezarse.
Los indiferentes, mezclados en la gente, junto a vos, camino a la estación.



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